Nuestro buen amigo Calderón acaba de terminar la jugada rematando al poste. Podemos ver en la prensa deportiva que el Madrid ha conseguido fichar a Reyes y de paso quitarselo a un enemigo. Este señor desde que ha llegado no ha parado de meter la pata. ¿Dónde están las promesas de la campaña electoral? ¿Dónde está Cesc? ¿Dónde está Kaká? Mucho chau, chau como decía Don Jesús. Ha pescado en la Juventus, equipo defenestrado por la justicia, a dos jugadores que pueden cumplir una temporada más en activo al 100%. Ambos mayores. Curiosamente uno de ellos nunca quiso venir al Madrid y el otro pudo venir mucho más barato hace unos años. Me llama la atención el caso del primero que juró por lo más sagrado su antipatia por el club merengue. Gracias señor Calderón por regalarle unas vacaciones muy bien pagadas en Madrid.
El caso Jurado empezó a dejar ver como este señor no tiene ni programa ni esquema ni nada de nada. Primero porque refuerza al rival y encima le paga, o al menos le pagará. Y segundo por dejar en mal lugar a uno de sus ayudantes como es el caso del director deportivo. El show que montó desde California fué equiparable a cualquier película de bajo presupuesto de la zona mentada.
Y por último el caso Reyes. Que si, que no, que caiga un chaparrón. Marea al jugador, marea a su club y marea al Arsenal. Encima gracias a su desprecio inicial tendrá que abonar tres millones de euros al atleti. Infinitas gracias señor Calderón. Reyes no es un jugador para el madrid, incluso dudo que lo sea para el Atleti. Creo que en la ciudad de Madrid tenemos un nuevo caso Lardín. Lo peor de todo es que deja escapar a Baptista. Para mí no hay color. Me quedo con el negro.
Este verano otra vez ha tenido ansiedad, para muchos eso le descarta para ser un crack. Quitando esta situación que parece temporal, y que los psicólogos y, nos los aficionados deberían calibrar, Jesús Navas es un crack. Viendo la final de la Supercopa se me volvió a caer la baba con su juego. Su capacidad de desborde, de jugar y levantar la cabeza, de conocimiento del juego, de improvisación e imaginación, sus pases al hueco, e incluso su sentido táctico, le hacen el mejor interior derecho de la actual liga y con un futuro impresionante. Jesús Navas es además de esa generación de deportistas españoles que hay en la actualidad que se crece con los retos y con la alta competición: Marta Domínguez, Los Juniors de Oro, Nadal, Fernando Alonso. Sus mejores partidos sin duda son ante rivales de entidad, o ante citas de gran relieve. Por citar algunos: el partido de hace dos años en el que el Madrid se jugaba la liga y el Sevilla su clasificación para Europa fue impresionante; las semifinales y final de la UEFA, la Supercopa. Todas citas en las que su juego sobre el campo, su seguridad, su atrevimiento, su manejo de la situaciones, no reflejaba su inexperiencia. Contrasta esa dureza mental en el campo con las crisis de ansiedad previas al comienzo de la temporada (quizás su entorno no sea el mejor para ayudarle a superarlo). El año pasado Caparrós manifestó, cuando el Real Madrid fichó a Robinho, que Jesús Navas era un jugador mucho más completo, y realmente coincido plenamente con su opinión. El Valencia acaba de dilapidar 25 millones de euros fichando para su banda derecha a Joaquín, jugador infinitamente peor que Navas…… Hoy día creo que su titularidad en el Real Madrid aportaría un soplo de aire fresco al equipo (la presencia de Beckham por la banda derecha es claramente un lastre). Pero creo que Pedía ni le conocía cuando se incoporó a la secretaría técnica, y curiosamente no apareció en ninguna lista de candidatos a la presidencia dispuestos a ficharle. Señor Calderon, no malgaste el dinero en Robinhos o Fernandaos, o Chivus, Jesús Navas es su fichaje hagalo ya, no se arrepentirá.
Qué extraños son los designios de la naturaleza humana. Hacen que cualquier humano tienda a obviar sus virtudes y acentuar sus defectos. Son esos designios los que llevan a que el amigo algo infantiloide acabe con un síndrome de Peter Pan que le lleva a comprarse un deportivo rojo y a portar camisetas de la policía de Nueva York, que el enemigo pedante comience a escribir en un blog de fúbtol con la fértil ayuda de un diccionario de sinónimos, y que el entrenador resultadista termine su vida profesional reivindicando el autobús de Maguregui. Si Camacho ha finiquitado su carrera exigiendo mano dura para parecerse al muñegote y Clemente enfrentándose a los periodistas para salir en el zapping, Capello se ha empeñado en ostentar el rol del preparador antifútbol que la prensa le ha asignado.
Sólo así puede entenderse lo que acabamos de ver en el Bernabeu. Son muchos los años que hace que se juega un partido completo sin una sola oportunidad de gol. Y no es por error de los jugadores, sino de los que los han designado. Si el Milán de Fabio contaba en el centro del campo con Albertini y Donadoni, y su Madrid contaba en la distribución con Redondo y Seedorf, el tiempo ha hecho que prefiera jugar sin esa parte del campo, dejar a los negros aislados del juego, sólo responsables de robar. Las pocas veces que permite que Diarra y Emerson participen del espectáculo, éstos se encargan de tocarla tantas veces que hacen rápida la transición de un equipo de invidentes. Si siempre se ha dicho que Capello gusta poco de las bandas, ahora directamente las deja desiertas. Si se creía que sólo apuesta por el balón parado, en las faltas en el medio del campo ahora hace subir al área a los diez jugadores de campo. Todo es mucho más radical de lo siempre se ha dicho, todo es mucho más desequilibrado.
La defensa funciona mucho mejor, ahora hay anticipación y ayudas. El centro del campo sólo existe para defender. Los delanteros, para bajar balones. La afición se va a aburrir mucho más de lo que se barruntaba. Espero que la autoparodia también funcione con los resultados, que se ganen todos los títulos que al insigne italiano siempre le presumen.
Ronda clasificatoria para la Champions. Último minuto del descuento. 1-1. Raúl García recibe en banda, quiebra en seco a un defensa y mete un pase de la muerte a la cabeza de Milosevic. Cuando el serbio va a anotar, Webó se lanza a robarle la gloria y se queda con la miseria. Osasuna cae eliminado. Después de una Liga excelsa, después de una clasificación histórica para pelear por la Champions, el árbitro y Webó han cambiado la historia. La vida no es justa. El fútbol, tampoco.
La pasada temporada, El Sadar se volvió una fiesta. Pocas veces se ha visto en el fútbol moderno un salto tan grande entre las capacidades individuales y su suma. Hay equipos pequeños que logran conseguir resultados grandes, pero pocos son capaces de hacerlo con la solvencia, equilibrio y belleza con que lo hizo Osasuna. Conceptos clásicos de la táctica fueron sublimados hasta alcanzar las estrellas de la Champions. Distancia de 40 metros entre todas las líneas, apoyos continuos en la presión, anticipación defensiva, reparto y equidistancia por todo el campo, aperturas continuas a bandas y desdobles para formar 2 contra 1, llegadas de segunda línea y aprovechamiento de los rechaces, juego a balón parado milimetrado y contraataques con superioridad numérica. Todo ello unido por dos ejes: el balón como vía de juego colectivo al primer toque y mentalidad de ganador. Fue el fruto de Javier Aguirre, su obra maestra.
A través de rotaciones continuas y espíritu de grupo, el entrenador fue capaz de hacer crecer un 50% el rendimiento máximo de sus jugadores. Y si todos brillaron, como en todos los clubes de éxito, también Osasuna se basó en un jugador por línea. En la portería, Ricardo fue el valladar que una vez fichó Ferguson. Aportó reflejos y confianza. En defensa, aunque los ojeadores y seleccionadores no se enteren, Cuéllar se convirtió en uno de los mejores centrales del Campeonato. Dio dominio del juego aéreo, anticipación y salida del balón. En el centro del campo, Patxi Puñal puso la experiencia, el compromiso, contundencia y distribución. Y a él se le juntó el Lampard español, Raúl García. A sus diecinueve, aprovechó su cuerpo de Essien para robar y crear fútbol, combinaciones, tiro y llegada. Si se le deja seguir creciendo, es el centrocampista de ida y vuelta que todo equipo necesita. Y arriba, Savo Milosevic. Todo su conocimiento del juego lo aplicó sus compañeros. Lo aplicó a mantener el balón a la espera de la llegada de la segunda línea, a abrir a los extremos, a asistir de cabeza a Webó, a marcar los goles decisivos. Fue el gran jugador que siempre fue y no siempre demostró. Fue un grande, mayor, pero grande.
Pero con la mano no pitada en el gol del Hamburgo y el error de Webó, se abre una era de incertidumbre. La UEFA no es más que una complicación que distrae a los titulares del objetivo, que no debe ser sino la permanencia. Con los jugadores al 100% y no al 150%, deberán pelear por ello. Han mantenido a la plantilla, pero ahora en el banquillo, no tienen más que a un novato. Y su obra inicial apunta a una vuelta a los orígenes, a la masificación del pelotazo. Y ni Urzáiz está ya al lado del Cuco, ni las habilidades de sus jugadores parece que pasen por ahí. Todo pasa por la continuidad y la cantera, todo pasa por seguir siendo Osasuna.
Los peores augurios se han confirmado. Todo lo que adelantamos hace un mes se ha convertido en profecía. Fabio Capello se ha preocupado de su culo y no del de los que le sucedan. El Real Madrid ha vuelto a perder una oportunidad histórica de renovarse, ha elegido morir. Aunque sea matando.
La confección de una plantilla no es más que una operación matemática. Los fichajes suman, las bajas restan, el resto se queda igual. Y para realizarla, hay que tener en cuenta las tres variables. Cualquier análisis que se realizara a 2 de julio acerca de la plantilla actual dejaba clara una cosa: importaban más las bajas que las altas. No bastaba con esquilar a las ovejas negras para que parecieran blancas, había que vendérselas, bien al vecino, bien al Inter. A 21 de agosto, las ovejas negras siguen en Madrid. Igual de comprometidas que antes y encima sin esquilar. Son Roberto Carlos y Ronaldo.
Al primero no sólo no se le ha vendido ni esquilado, sino que encima va a jugar porque no se le ha buscado ningún tipo de sustituto. Nadie ha pensado en qué será de la banda izquierda del club cuando a mitad de temporada, Macaco llegue a los 34. No sé si la solución era Abidal, Ashley Cole o bastaba con poner a Raúl Bravo y eliminar un cáncer para el compañerismo, pero el caso es que Fabio Capello sólo ha pensado en él y no en quien le suceda. El caso de Ronaldo es, quizá, más grave. Llegado a los 30, Nazario de Lima lleva la mitad de su vida en un campo de fútbol. Su cotización no puede bajar más, pero va a hacerlo. Capello necesita cracks arriba que le resuelvan con contundencia lo que sus medios centros no son capaces de crear, pero su sistema sólo funciona si el equipo roba la pelota adelante, si el ariete presiona arriba. Eso hoy en día lo garantizan casi todos, se llame Adriano o Henry, Eto'o o Shevchenko. Sólo hay un crack incapaz de hacerlo: Ronaldo.
No quiero ser profeta, pero me lanzaré nuevamente a hacerlo. Llegará diciembre y Ronaldo no jugará porque a Capello no le vale. Roberto Carlos habrá generado quince goles en contra y dos a favor en un partido que ya iba 4-0. Capello estará probando en esa banda a Sergio Ramos o a Cicinho hasta volverlos locos. El Madrid estará entregado a resolver la crisis en el mercado de invierno. Puede que Capello logre solventarla y puede que hasta gane un título de mierda. Lo que no habrá hecho es construir un equipo. Ni se habrá librado de la paja, ni habrá hecho crecer a un solo futbolista. El Madrid habrá salido perdiendo y Capello, corriendo. Sólo quedarán dos ovejas en el rebaño: Ronaldo y Roberto Carlos.
Imagina a las dos mujeres que más te gustan desde siempre. Por ejemplo, pongamos a Nicole Kidman y Elisabeth Shue. A Angelina Jolie y Jennifer Lopez. O a Kournikova y Sharapova. Las que quieras. Ahora imagina que están en bikini, las rocían de aceite y se enfrascan en una lucha cuerpo a cuerpo. Al final, extenuadas, y como el espíritu deportivo es fundamental, se enrollan plácidamente.
Eso es más o menos lo que puedes experimentar cuando se enfrentan los dos equipos de tus amores. Uno se adelanta en el marcador, el otro empata al minuto siguiente. Con un hat-trick los primeros se acomodan 4 a 1. Y a falta cinco minutos para el final, el que estaba contra las cuerdas despierta y empata el marcador.
Esto fué a grandes rasgos lo que pasó el miércoles en Houston. El América, con un consagrado "Pipino" Cuevas de la mano del Piojo Lopez, contra un Barça que terminó jugando con toda la artillería: Messi, Eto'o, Ronaldinho y... Saviola.
Existe la posibilidad de un nuevo enfrentamiento Barça-América en diciembre, dentro del Mundial de Clubes de la FIFA, que se celebrará en Japón.
Faltan menos de tres semanas para que empiece el curso liguero 2006-2007. Por lo tanto, a estas alturas ya ha pasado la parte más dura de la pretemporada, la de las pruebas físicas y el trabajo de resistencia. Las agujetas, las ampollas y los kilos de más deberían ser agua pasada. Por lo que cuentan los que saben de esto, y si las giras veraniegas no dicen lo contrario, gran parte del rendimiento de todo el año depende del trabajo de base que se realice ahora. Sin embargo, tan pronto como empiece la Liga aparecerán sobrecargas musculares y lesiones. Y antes de diciembre, las quejas por el sobreesfuerzo que supone jugar miércoles y domingo. Al tiempo, ya veréis.
¿Por qué sucede esto? Porque estos tipos pueden ser mejores o peores futbolistas, pero son pésimos profesionales. Ni entrenan ni se cuidan como deben. Aún tratándose de deportes que exigen una preparación diferente, atentos al ejemplo de la esquiadora granadina María José Rienda en un chat de El Mundo: “Un día mío consiste en levantarme por la mañana a las seis, salir a correr, desayunar y subir a pistas durante cuatro horas. Luego bajamos a comer a las 12.30, a continuación tenemos dos horas y media de descanso y una hora de físico. Más tarde voy a la 'fisio', veo el material y después veo el vídeo. Por último ceno a las 21.30 y a las diez estoy en la cama”. Su pretemporada empieza en mayo y acaba en octubre.
Leí en un periódico deportivo unas declaraciones de un preparador físico del Betis, no recuerdo cuál y no he encontrado la cita, en las que decía que ningún futbolista aguantaría el volumen de trabajo de Rienda. No me extraña, ellos van a lo suyo y, más pronto que tarde, estarán apalabradas las suculentas primas por objetivos de los equipos. En otro equipos tienen un pase, pero en plantillas tan bien surtidas y pagadas como las de Real Madrid y FC Barcelona, me parecen ofensivas. Con esas nóminas, sonroja cobrar extras por cumplir con lo que debería ser, nada más y nada menos, que su obligación. Ganar, ganar y ganar. De lo contrario, también es de recibo recortar la cuantía de los contratos cuando no se alcanzan los mínimos exigibles.
Así, a bote pronto, se me ocurren muchas disciplinas que requieren infinitamente más dedicación a cambio de mucho menos dinero. Es razonable, pues el fútbol es el deporte que más expectación, y por tanto recursos, genera. Lo que no entiendo es cómo los futbolistas tienen los santos cojones de quejarse de la presión, el cansancio, los viajes... Quien no es consciente de sus privilegios, posiblemente no los merezca. ¿Alguien me lo puede explicar?
En la vida laboral hay pocas situaciones tan divertidas como la de forzar el propio despido de un trabajo. Un día te llega esa oferta de un trabajo en una isla del Caribe, medio tiempo con doble paga vacaciones pagadas y barra libre, y lo único que hay que hace falta es renunciar a tu trabajo infernal. O que te despidan.
Los futbolistas son unos expertos en el tema, y no hay mas que recordar las andadas de Ronaldo, y más recientemente Van Nistelrooy, que muy civilizadamente se niegan a trabajar.
Pero nadie como el danés Thomas Gravesen. Por lo visto se quiere ir a Inglaterra, donde hace menos calor, hay mayor cultura naturista, y los árbitros son mas permisivos con las patadas que en España, y su método para dejar claro que no quiere trabajar más en el Real Madrid, es repartir caña a quien se le acerque.
Por lo pronto se ha concentrado en los pesos ligeros del equipo: criticó a Balboa, dio dos patadas a De la Red, se burló de Codina, discutió con Raúl Bravo y con Diego López, y finalmente compartió un par de puñetazos con Robinho. Está claro, le van los jovencitos.
Yo le recomendaría, que si lo que quiere es acelerar su despido, que ponga más atención en quienes tienen más caché: podría desviarle el tabique a Raúl, despeinar a Beckham(sic), sentarse sobre las gafas de Capello, o como bien apuntan los expertos en leña de Joga Feio (discípulos de Materazzi), "darle una buena murra a Guti".
Durante muchos años México fue territorio irremediablemente merengue. Consecuencia lógica de que el mejor jugador que ha dado México, ese antihéroe ególatra que es Hugo Sánchez, vivió sus mejores años en el Real Madrid.
Así es que en la década de los ochenta, antes que el cable llevara a las televisiones las ligas de todo el mundo, la oferta de fútbol internacional en México se reducía a (todos) los partidos del Real Madrid, aderezados con un grupo de comentaristas dedicados a ensalzar hasta la más insulsa jugada del equipo blanco. No había más opción que ir con el Madrid.
En los noventa llegaron ESPN y FOX Sports la gente empezó a alimentar simpatías por otros equipos como el Milán, el Ajax, el Manchester, la Juve, aunque todos éstos casos carecían de ese nexo emotivo que tuvo el Real Madrid por medio de Hugo (sí, en México es, simplemente, Hugo), por lo que conservó ese rinconcito infranqueable en el corazón del aficionado tenochca.
Pero como no hay mal que dure cien años, Rafa Márquez allanó el terreno, Joan Laporta olfateó los billetes, y a Giovanni dos Santos le tocará cuajar la afición blaugrana de aquel lado del charco.
Antes de cualquier periplo asiático, el Barça ha aterrizado en México, para ser precisos en Monterrey, la cuidad más rica del país, donde se entrena ante miles de espectadores, y donde se enfrentará contra los Tigres, equipo propiedad de Cemex. El tour seguirá en Los Ángeles y Houston para jugar contra el Guadalajara de Jorge Vergara (aquí venden dos entradas a $750), y el América de Televisa, ante público mayoritariamente mexicano. Todas estos rivales han pagado un extra para asegurarse que los dos jugadores mexicanos sean alineados de inicio por Frank Rikjaard
Así pues, Laporta hace caja mientras disfruta de sus vacaciones forzadas. Queda por ver si la afición culé echa buena raíz en México. Queda por ver si Giovanni Dos Santos llega a ser el gran jugador que se pronostica y destrona de una vez al insufrible de Hugo. Y queda por ver si esta pretemporada a salto de mata deja tan buenos dividendos deportivos como económicos.
Postdata: ¿Que dirán al respecto aquellas mentes tan ingeniosas que diseñaron esta portada?