Las dos Aes: Agüero y Aguirre
Ya se cumplen dos años desde que Agüero y Aguirre desembarcaron en Madrid. Han sido dos años difíciles, pero con la victoria de ayer, han sido dos años de cumplimiento de objetivos. Y si los han cumplido, ha sido porque el uno se ha apoyado en el otro, el otro ha acabado por basarse en el uno.
Cuando el Kun llegó a Madrid, se trataba únicamente de un jugador en ciernes. Con precio de estrella y movimientos de infantil. Con técnica de fuoriclassi y selección de opciones de cadete. Su primer año fue complicado. Aguirre se lo hizo más fácil.
El mexicano no sólo le liberó de la presión de los medios, alejándolo de éstos por sistema. También le liberó de los requerimientos de objetivos. Optó por hacerle suplente en los primeros partidos. No es que no valorara su categoría, sino que no quería que la afición le exigiera lo que le exigió desde unprincipio a Torres. Tenía 18 años y el equipo no podía depender de él. Ese año Agüero marcó unos pírricos 7 goles y fueron pocos los que atisbaron su verdadera clase. Francamente yo dudé de él. Aguirre, no. Cuantos menos goles marcaba, más titularidad le daba. Cuando más necesitaba la confianza del entrenador, era cuando la tenía.
Empezó el segundo año. Pero antes de empezar, hubo algo que fue muy relevante. El Mundial Juvenil convirtió al Kun en un jugador ganador. Llegó de él con la autoestima por las nubes y un momento de forma muy superior al de sus rivales. Esa doble coyuntura generó un momento de juego, que catapultó en la Intertoto al Atleti a Europa y que triplicó la moral y confianza de Sergio Agüero. Cuando se inició la Liga en el Bernabeu, el Kun era ya alguien al que se le podían empezar a pedir cosas. Como se le pedían en Independiente, al que hizo campeón. Como se le pedían en la Argentina sub-20, a la que hizo campeona.
La temporada 2007-08 fue la de su explosión. Amparado en un fútbol de calle, en un físico tan extraño como contundente y en una frialdad de taxidermista, se fue comiendo a las defensas y terminó con más de 25 goles. Pero no lo hizo él solo. A pesar de la absoluta carencia de pasadores, Aguirre le colocó al lado a un jugador de una movilidad tal que los espacios casi le aparecían solos. Pero además, Aguirre le enseñó a moverse por el campo. Pasó de jugar parado a moverse continuamente a banda, a buscar por sistema los desmarques. Sus pies ahora constaban de piernas.
Ayer, ante una defensa de coña, aprovechó todo eso. Ayer no se comió él solito al Schalke 04 por su clase, se la comió con sus movimientos. No triunfó Agüero, triunfaron pupilo y maestro. El Atleti cumplió su objetivo y alcanzó por fin la Champions. Ganaron las dos Aes. Aguirre y Agüero ya no son los que llegaron. Ahora les corea su ciclotímica afición. El uno no sería el mismo sin el otro; el otro no sería el mismo sin el uno.
3 Comments:
el mérito no es de aguirre, que hace que el atleti juegue fatal. es que tiene al mejor jugador del mundo
El único problema es que el Kun se está formando en nuestro Atleti y acabará en un grande......con ese suegro no se puede hacer nada bueno......y mientras el niño, atlético hasta la médula, triunfando en el Liverpool.....
Forza El Niño
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Frank
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