13.1.07

Criticar al muerto en el entierro

Debo ser un hijo de puta, pero no hay nada que más me joda que alabar al muerto en su entierro. Si muerto el perro, se acabó la rabia, ¿por qué hay que elogiar a los perros rabiosos una vez muertos?

La noticia de la no renovación de Beckham ha lanzado a la prensa a elogiar al modelo y presunto actor. Es tal la oleada de periodistas que alaban su profesionalidad y buenos modos que alguien tenía que pararla. Lucifer se ha conectado conmigo para que lo hiciera. He aquí.

David Robert James Beckham nace para el mundo en una familia habituada a utilizar los libros para equilibrar las mesas. Cuando su adolescencia se apuraba en platos de fish&chips, dio un par de buenos pases y el ojo estrábico de Ferguson le llevó a nacer para el fútbol. Fueron días de esplendor. Los magníficos movimientos de Yorke y Cole hacían que sus centros parecieran asistencias. Sólo la presión pudo hacer en 1999 que su final de la Copa de Europa se asemejera a su fútbol posterior.

Viendo venir su propio crepúsculo, la hija de un ingeniero electrónico se fijó en sus luces. Siempre atenta a nuevas vías de generación de ingresos, Victoria le hizo nacer para la vida pública. Entre ese saco de huesos operados y mil asesores de imagen convirtieron la grasa de los fish&chips en aceite para sus Rolls, las hojas de los libros bajo las patas de la mesa en contratos para Pepsi y Vodafone. Lo que no consiguió Victoria fue operarle el cerebro. Lo que no consiguió Ferguson fue que el chico aprendiera algo de fútbol.

Ya en Manchester se habituó a ir a los entrenamientos en helicóptero. ¿Por qué vivir al lado del trabajo si puedes vivir a tomar por el culo? Pues porque Knightsbridge tiene Harrod's al lado, y Manchester sólo tiene una fábrica y "en proceso de desinversión". Su siguiente viaje ya no fue en helicóptero, fue en avión privado. Era corriente verle llegar a la Ciudad Deportiva en su Air Force One, envuelto en el glamour del mal gusto.

Como los entrenamientos eran todo menos un sitio donde ensayar faltas, dejó de tener el mejor pie del mundo para tener el peor. La conjunción de su nula capacidad táctica, su carencia de velocidad, su atropellamiento cerebral y falta de práctica de las faltas produjo el peor jugador que este cronista ha visto jamás en un campo de juego. Nadie como él para hacer faltas sin sentido, para protestar de forma airada hasta ganarse la sanción, para autoexpulsarse en los momentos de presión. Nadie como él para frenar el juego con seis toques, para perder el control del juego con pelotazos, para regalar el balón a los centrales con sus otrora "bananas".

Sus cuatro años en el Madrid se resumen en cero títulos y dos goles por temporada. ¿Quién recuerda el último centro suyo que alguien remató a gol de cabeza? Ha sido una lacra para el fútbol, ha sido una lacra para el equipo, ha sido para una lacra para la Institución.

Sus defensores dicen que es una máquina de generar dinero. Es cierto, pero de generar dinero para sí mismo. Gracias a que el inglés conserva los contratos que tenía antes de llegar a España, el Madrid ingresa 1,8 millones de € de los contratos de David. Vamos, que genera más pasta hasta Raúl Bravo. Sus otros defensores alaban su profesionalidad. ¿Hay algo menos profesional que justificar derrotas, simulando "lumbago"? ¿Hay algo menos profesional que cambiar horas de entrenamiento por horas de rodaje? Los penúltimos de sus defensores agradecen su simpatía. ¿Son simpáticos los mudos? ¿Cómo es posible que no sepa decir en español nada más largo que "grasias"? Los pocos defensores que le restan defienden su elegancia. ¿Hay algo más de mal gusto que sus tatuajes? ¿Hay algo más repugnante que sus trajes de blanco de lino? No sólo ha sido una muestra constante de pretencioso mal gusto, lo peor es que ha generado escuela. Tontos ilustres como Sergio Ramos y Luis García no lo serían tanto sin la aparición del inglés.

Márchese, señor Beckham. Hágase actor. Sabe cómo hacerlo. Su vida no es sino una actuación constante. Una actuación estelar siempre fuera de su escenario natural, siempre fuera de los terrenos de juego.

Y ahora metan de una puta vez en la fosa su ataúd. Y echen tierra encima, mucha tierra.

3 Comments:

At 1:59 p. m., Anonymous Anónimo said...

Eres injusto, mato. Beckham es tan guapo como buen profesional. Lo deja todo en el campo

 
At 10:09 a. m., Blogger Unknown said...

Discrepo totalmente de ti. Beckham ha sido de los pocos jugadores que siempre han dado la cara en el campo. No se arrugaba en Pamplona, ni en cualquier otro campo hostil. Ayudaba siempre en defensa y sus centros han sido muchos y muy buenos. A pesar de todo, y teniendo a Figo cuando le fichamos, nunca entendí el por qué de su fichaje.
Tampoco me entristece su marcha, pero hay que reconocer que siempre ha sido un profesional en el campo, no como tantos otros futbolistas.
Saludos.

 
At 9:03 a. m., Blogger Alberto Córdoba said...

Nacho, recuérdame su último buen centro, porque debo tener mala memoria.
Y lo de la profesionalidad, se demuestra en la derrota. Y en la derrota, él simulaba lesiones

 

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