17.4.07

ALFORFONES PARA VILLAR Y SU MISERABLE BANDA DE INADAPTADOS


Uno de los mayores misterios del mundo es qué puede llevar a alguien a convertirse en árbitro de fútbol. Sin duda tiene que existir algún complejo de la infancia pendiente de resolver.

Siempre he pensado que los árbitros de pequeños debían pertenecer a esa especie de alumnos inadaptados, cuatro ojos repelentes que en colegio se sentaban en primera fila y que se encargaban de apuntar en la pizarra los nombres de los que se portaban mal cuando el profesor se ausentaba del aula. Fuera de clase el chivato es igual de inadaptado. Siempre es el último en ser elegido para los partidos de fútbol, cuando es elegido, porque a veces es mejor jugar con uno menos que con un soplón en tus filas. Es entonces cuando el soplón inadaptado advierte que sólo le queda una forma de participar en el deporte rey, y un buen día llega a casa y dice:

- "Papá, quiero ser árbitro".

-"¿Pero por qué? Hijo, ¿tu te lo has pensado bien?"

- "Si papá. Quiero ser árbitro" responde el hijo, al tiempo que levanta el brazo con una tarjeta roja y expulsa a su padre del salón.

Así, sin más placer por el futbol que el ánimo de venganza por no haber podido crear se dedican a destruir.Pero pese a todo los árbitros son un mal necesario. En Italia hay propuestas para solucionar este mal necesario, y hay quien pide que sean ex-jugadores los que arbitren los partidos. Aquí en España, tanto que Villar y Sánchez Arminio presumen de tener los mejores árbitros de Europa, tenemos la basura que nos merecemos. A la figura de Rafa "no me jodas", ese que protagoniza una campaña publicitaria de vehículos comerciales, se le ha unido esta temporada Fermín "el del banderín", y en la última jornada, Turienzo ha solicitado su cuota de popularidad. Y encima tenemos que aguantar al resto de inadaptados, ya ex-árbitros, como en "El Rondo", defendiendo a sus compañeros inadaptados en activo. "Manda güevos" que diría algún ex-ministro.

Por cierto a Collina, el famoso Mister Proper italiano conocido en la última década por todos, no sólo por su aspecto sino también por su buen criterio dirigiendo partidos, en Italia le obligaron a elegir entre ser árbitro o figura de la campaña publicitaria de Opel. Aquí Rafa "no me jodas" sigue haciendo sus pinitos en publicidad y "plantando pinos", o sea cagándola, cada vez que salta al campo con un banderín.

Trabajo fino en cuestión de arbitraje lo de Villar y Sánchez Arminio. Es curioso. Siempre que el Barsa (o Barca, sin ce con cedilla) juega contra once, algo que sucede muy raramente, le cuesta ganar el partido si no es con alguna ayudita. En los últimos tres años son el equipo que más veces se ha visto beneficiado de expulsiones en el equipo rival. Lo del Bilbao ya es de traca. Un equipo que no hay por dónde cogerlo, que en segunda lo pasaría mal para conseguir la permanencia, sigue salvándose de manera incomprensible año tras año. Así han conseguido lo que Mato comenta en su post, quitarle los rivales a "los equipos de sus amores" (y del presidente del gobirno también, al menos en lo que al Barca se refiere). Imagino que por este trabajo arbitral, nada fino en la última jornada, los trencillas inadaptados recibirán su premio en el momento oportuno.

A mí sólo me queda pedir alforfones. Alforfones para Villar y su miserable banda de inadaptados.
FREDO

8 Comments:

At 3:43 p. m., Blogger Alberto Córdoba said...

sublime, lo peor es que no se saben ni el puto y simple reglamento. Según valdés, el árbitro le comentó "que no le sacaba la roja, porque no era el último hombre". Insisto, esa norma no existe, sólo dice "que se amonesta con tarjeta roja en caso de ocasión clara de gol". Vamos, que si un jugador está pegado al banderín, no deja de ser roja

 
At 5:55 p. m., Anonymous Anónimo said...

A lo mejor esto se arregla arbitrando ex-jugadores, que saben de qué va el fútbol. En Inglaterra también lo están estudiando. Cuando eso se propuso aquí, Díaz-Vega y su corte de enanos lamecutolos montaron en cólera.

 
At 6:46 a. m., Anonymous Anónimo said...

Lamentable. Menuda pataleta.
Ni la portada del Marca.
Tras los partidos del Atlético de Madrid y Celta de Vigo ninguno de vosotros hablasteis de los arbitrajes.
Los árbitros fallan. Tenemos un ejemplo en el mismo partido, pero de la roja a Sergio Ramos y del inexistente fuera de juego de Zigic nada de nada.

 
At 7:33 a. m., Blogger Alberto Córdoba said...

En el del Celta, no hubo un puto error. En el del Atleti, hubo un fuera de juego. Lo de Zigic es un fuera de juego. Afirmaría sin duda que los errores en los "fueras de juego" no son intencionados. está demostradísimo la imposibilidad física de acertar al ver un fuera de juego

 
At 8:26 a. m., Blogger Roger said...

Recomiendo la lectura de este post para los que ya se les haya pasado el cabreillo:

http://www.notasdefutbol.com/2007/04/18-de-antimadridismo-pedja-mijatovic-y-el-senor-alfredo-di-stefano

 
At 11:16 a. m., Blogger Alberto Córdoba said...

El comentario es demencial y sumamente incorrecto.
Sergio ramos y Cannavaro son los 2 jugadores más amonestados de la liga

 
At 9:28 a. m., Anonymous Anónimo said...

Justamente

 
At 3:50 p. m., Blogger paco garcianieto said...

Los arbitros españoles son los peores de toda europa ( en las grandes competiciones por selecciones suelen hacer el ridículo). Son un colectivo que solo busca autoprotegerse, que jamas reconocen sus errores, y que no evolucionan......

Además en la actualidad buscan el protagonismo que no han tenido en sus vidas. Suelen ser gente de pueblo, que busca la notoriedad a toda costa.

En un colectivo normal, señores como el TONTO DEL BANDERIN, RAFA NO ME JODAS, HUBIESE SIDO AUTOMATICAMENTE INHABILITADO COMO PROFESIONAL. Este patético colectivo sin embargo le defiende

Recordemos que un árbitro gana más de 130.000 euros brutos anuales. Es decir un salario superior al 95% del mercado salarial español. Más lógicamente que cualquier profesional cualificado, más que cualquiera de los mejores profesionales, y por encima de muchos Directores Generales de las Empresas con mucha más responsabilidad.

Sí Mejuto Gonzalez, Rafa, Undiano Mallenco,

 

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